El consumidor va a liderar las decisiones de IMPACTO

Publicado el 10 de junio de 2024, 15:44

Algunos insights

El actual modelo económico, está basado en un modelo extractivo, que no ha tenido en cuenta los límites del planeta. Hoy la esperanza en España es de 86 años, el doble que hace 200 años, y el crecimiento se ha basado en consumir y acumular. En 2023, en mayo ya habíamos consumido los recursos que el planeta es capaz de generar en el año.

Él modelo económico actual ha generado grandes desigualdades, que son más visibles, en un mundo cada vez más globalizado.

Los bloques económicos están cada vez más polarizados. Mientras Europa es sensible y trata de impulsar, no sin dificultades, una regulación favorable, las grandes potencias económicas como China y Estados Unidos, no hacen los deberes al ritmo que sería deseable.

Necesitamos un cambio sistémico. Gobiernos, empresas y ciudadanía han de avanzar en la misma dirección, no podemos procrastinar y poner las responsabilidades en entes superiores.

El cambio necesita visión y políticas de largo plazo. La situación geopolítica actual no ayuda. Los ciclos políticos cada vez son más cortos y nuestros políticos se debaten entre lo local y lo global, que no siempre es compatible. En 2024 el 51% de la población mundial está llamado a las urnas.

Las empresas deben asumir su rol activo en este cambio, porque no podemos avanzar a base de regulación. Muchas ya han abrazado la causa social y ambiental y están dando pasos favorables. Algunos sectores se ven afectados por la emergencia climática y las regulaciones y se están transformando, al ritmo que permite la sostenibilidad económica del negocio. Otros solo lo llevan en el discurso, y eso ha provocado el famoso “greenwashing”.

Los consumidores se ven impactados por un torrente de informaciones cruzadas. Es cierto que hay un porcentaje de negacionistas, pero son los menos. La mayoría son sensibles pero están perdidos, no saben por dónde avanzar y la “eco fatiga” empieza a hacer mella en todos.

Las nuevas generaciones, al menos las que han crecido en occidente, en una época de bonanza sin precedentes, empiezan a verbalizar que son la primera generación que van a vivir peor que sus padres, lo que lleva asociado descrédito, falta de compromiso, desesperanza.

¿Y entonces qué? ¿Hay salida? ¿Hay esperanza?

Tiene que haberla y aquí quiero ser optimista.

·       Tenemos la sociedad más formada de la historia.

·       Contamos con la tecnología como aliada para mejorar la vida de las personas.

·       Contamos con herramientas que nos permiten acceso a la información y a tomar conciencia del problema y de las soluciones.

¿Qué nos falta?

Nos falta formación, información y sobre todo, tomar conciencia del poder de las pequeñas cosas, para producir los grandes cambios.

Los ciudadanos , en una mayoría si somos sensibles al problema. Según el informe Marcas con Valores de la consultora 21gramos , todavía hay un 17% de reticentes. El  83% somos sensibles. ¿Qué nos falta? Dar el paso, pasar de consumidores conscientes (38%) a consumidores consecuentes (46%). Individuos que en sus decisiones de compra, eligen productos y servicios que en sus procesos tienen en cuenta el impacto social y ambiental. Parece sencillo. Entonces, ¿Qué nos frena? Principalmente la falta de información veraz, ordenada y objetiva.

¿Cuál es el papel de las marcas en esto?

Ofrecer información transparente a los consumidores. No queremos marcas perfectas, queremos marcas auténticas. Que si dicen que hacen es porque realmente lo hacen, y si no lo pueden hacer, al menos que sean transparentes y compartan su inquietud y un compromiso de avanzar.

Revisar, rediseñar productos y procesos midiendo impacto social y ambiental, y tener en cuenta la Voz de Cliente Consciente y Consecuente . ¿Realmente valoramos el extra coste de algunos servicios y procesos?. ¿Estamos dispuestos a pagar más por productos y servicios más sostenibles?. ¿Estamos dispuestos a sacrificar ciertos servicios y comodidades, en pos de reducir el impacto?.

Parece evidente que el planeta no resiste el consumo masivo. Si tu modelo de negocio es masivo (volumen x rotación) es el momento de repensarlo. El consumidor consecuente ya ha interiorizado el modelo de Las 3 R (Reducir, Reciclar y Reutilizar). A este modelo se le añaden 3 R más (Rediseñar, Rechazar, Reparar). En el punto anterior ya hemos hablado de Rediseñar. Las otras 2R, Rechazar y Reparar, traen a colación una teoría económica, compleja y controvertida que está levantando ampollas, el Decrecimiento. Producir menos, para consumir menos recursos y evitar impactos negativos. ¿Significa reducir nuestra economía? No, porque esto produciría un colapso a corto plazo. Significa un cambio de paradigma. Es apostar por un modelo que se base en productos de más calidad y durabilidad, en lugar de un solo uso. Productos que tengan una segunda vida, porque se reparan, o porque se usan por tiempo limitado y luego se ceden a otro consumidor. Modelos de pago por uso y no por propiedad.

¿Cómo despejamos la ecuación?

El reto es grande, la solución es compleja y el cambio ha de ser sistémico, todos tenemos que aportar. Surgen nuevos modelos económicos alternativos. Economía de Impacto, Economía Verde, Economía Regenerativa, Economía Circular .... Todos ellos aportan soluciones a problemas concretos. No hay una que sea mejor que otra, es la suma y la combinación de todas ellas, lo que puede aportar el marco para solucionar el problema global.

Las grandes corporaciones y empresas tradicionales están incorporando algunos de estos elementos en su hoja de ruta. Las empresas de impacto o las que surgen de la innovación social, ya han nacido con esta premisa, y están siendo apoyados por los fondos o finanzas de impacto. Para los negocios tradicionales, ha llegado el momento de desaprender lo aprendido y entender que el crecimiento no va a venir únicamente por vender más unidades, sino por vender con más valor. Recuperamos el concepto de triple impacto. Valor económico, como esperan los accionistas, pero también valor social y ambiental. Dos stakeholders toman mucho peso en el futuro de nuestras compañía.

¿Estás de acuerdo conmigo que serán los clientes, que con sus decisiones de compra, van a elegir quien es el líder en cada mercado. ¿Qué opinas?

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